OTROS INVIERNOS IV

Quien no recuerda, llegar a casa, al mediodía, corriendo todo el camino, desde el colegio, helada de frío, y entrar por la puerta y notar el calorcito y el olor a sopa calentita?

Esos platos de sopa humeante, que te hacían entrar en calor, que tomabas ardiendo, así te quemaras la garganta….. ese olor a «cocina de mamá», inconfundible y que sigue permaneciendo en nuestra memoria por los siglos de los siglos.

Mi madre hacia sopa para todos y para ella y para mi hacia tapioca con huevo duro, yo he hecho mil veces la misma receta (esa y otras de mi madre) pero nunca he conseguido que me supiera como la de ella. Yo creo que no es tan solo la forma,  o el producto, es también la situación y los sentimientos, lo que hacen que la comida nos sepa de una forma u otra…y vosotros que pensáis?

MIL BESOS

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