Los fines de semana, intentaba que mi padre me dejara ir al campo con él. Mis padres siempre fueron de los que pensaban que , un niño tenía que estar todos los días un rato al aire libre, hiciera frío o calor.
A mi me encantaba ( y me sigue gustando) pasear con el frío , cortándote las mejillas y la respiración, moverte bajo un sol radiante, mientras ves el vaho de tu respiración.
Pasear entre la niebla, bajo el sol, con viento o lluvia, bien pertrechado para la ocasión y sin hora de vuelta o destino especifico.
Envolverme en chaquetas, abrigos, bufandas, guantes y gorros y dejarme llevar por lo que mi mente disponga…
Lo hacia así de niña y lo sigo haciendo ahora.
BESOS
Deja una respuesta