SEPTIEMBRE CONSCIENTE 2025 – Beneficios de la Respiración Abdominal

La respiración abdominal, también llamada respiración diafragmática, es una técnica que consiste en inhalar profundamente por la nariz y exhalar lentamente por la boca, utilizando el diafragma (músculo debajo de los pulmones) y los músculos abdominales para controlar el flujo de aire. Esta práctica ayuda a aumentar la cantidad de oxígeno en la sangre, reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, y disminuir la tensión muscular, lo que puede tener un efecto calmante y relajante. 

¿En qué consiste la respiración abdominal?

  1. 1. Inhalación:Se inspira lentamente por la nariz, permitiendo que el diafragma se contraiga y se mueva hacia abajo, expandiendo el abdomen.
  2. 2. Exhalación:Se exhala lentamente por la boca, permitiendo que el diafragma se relaje y vuelva a su posición original, empujando el aire fuera de los pulmones y contrayendo el abdomen. 

Beneficios de la respiración abdominal: 

  • Mejora la oxigenación:Permite una mayor entrada de oxígeno a los pulmones y una mejor oxigenación de la sangre. 
  • Reduce el estrés y la ansiedad:Al activar el sistema nervioso parasimpático, ayuda a reducir la respuesta de lucha o huida y promover la relajación. 
  • Disminuye la presión arterial:La respiración profunda y diafragmática puede ayudar a reducir la presión arterial elevada. 
  • Mejora la función pulmonar:La respiración abdominal puede ser beneficiosa para personas con enfermedades respiratorias como asma o EPOC. 
  • Promueve la relajación:Ayuda a disminuir la tensión muscular y a relajar el cuerpo y la mente. 
  • Mejora la digestión:El movimiento del diafragma durante la respiración abdominal puede masajear suavemente los órganos abdominales, favoreciendo la digestión. 

ACTIVIDAD EN EL AULA

¿Cómo practicar la respiración abdominal?

  1. Encuentra un lugar tranquilo: Busca un lugar donde puedas relajarte sin distracciones. 
  2. Adopta una postura cómoda: Siéntate con los pies apoyados en el suelo o acuéstate boca arriba con una almohada debajo de las rodillas. 
  3. Relaja el cuerpo: Cierra los ojos y libera cualquier tensión muscular. 
  4. Coloca las manos: Pon una mano sobre el pecho y otra sobre el abdomen, justo debajo de las costillas. 
  5. Respira profundamente: Inhala lentamente por la nariz, sintiendo cómo el abdomen se expande bajo tu mano. Luego, exhala lentamente por la boca, sintiendo cómo el abdomen se contrae. 
  6. Repite: Practica la respiración abdominal durante unos minutos cada día, aumentando gradualmente la duración a medida que te sientas más cómodo con la técnica. 

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