Otro de los motivos referencia de estos días, son loas pollitos.
Los cristianos también adoptaron esa costumbre. Desde el siglo IV la Iglesia impuso ayuno y abstinencia durante la cuaresma, lo que significaba que a lo largo de los 46 días previos a la Pascua, los fieles tenían prohibido consumir blanquillos.
Como las gallinas no entienden de reglamentaciones y como resultó imposible razonar con ellas, simple y llanamente, siguieron poniendo. Entonces, para impedir que los huevos se perdieran, los parroquianos comenzaron a cocerlos para comerlos o regalarlos en Pascuas.
Cuenta la tradición, que muchos de ellos, eran abandonados en los gallineros, donde, las gallinas los empollaban, y finalmente surgía una prolifera tanda de pollitos nuevos.
El nacimiento de estos pollitos se convirtió en otro símbolo de esta tradición.





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