Ponemos el árbol de Navidad por sus orígenes paganos y su posterior adaptación al cristianismo. Las tradiciones paganas lo asociaban con la fertilidad y el renacimiento de la naturaleza durante el solsticio de invierno. Con el cristianismo, se adaptó para simbolizar la vida eterna, la reconciliación con Dios a través de Jesús y la victoria de la luz sobre la oscuridad.
Orígenes paganos
- Celebración del solsticio de invierno: En el norte de Europa, los pueblos germánicos y vikingos decoraban coníferas como símbolo de esperanza durante el solsticio de invierno, representando la promesa del regreso del sol y la vida.
- Árbol del universo: Para los nórdicos, un árbol perenne representaba el «Árbol del Universo» llamado Yggdrasil, una imagen de su cosmovisión.
Adaptación cristiana
- Símbolo de la vida eterna: San Bonifacio, en el siglo VIII, habría usado un pino para reemplazar un roble pagano, creando un símbolo de la vida eterna por ser un árbol de hoja perenne.
- Representación del pecado y la salvación: Las decoraciones se adaptaron para tener un significado cristiano. Las manzanas simbolizaban el pecado original de Adán y Eva, mientras que las velas o luces representaban la luz de Cristo que vence el pecado.
- Estrella de Belén: La estrella en la punta del árbol simboliza la fe que guía a los cristianos, recordando a la Estrella de Belén.
- Regalos: Los regalos bajo el árbol simbolizan el regalo más importante: el que Dios hizo a la humanidad al enviar a su hijo Jesús.
- Símbolos de los dones de Dios: Las esferas del árbol pueden representar los dones que Dios otorga a los hombres, con diferentes colores simbolizando el arrepentimiento (azul), el agradecimiento (plata) o la alabanza (dorado).





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