A partir de octubre, cuando las temperaturas empiezan a bajar y el frío comienza a ser un factor habitual en el día a día, es normal ver que las tonalidades del entorno comienzan a cambiar también: los días se vuelven más grises y los árboles adquieren tonos anaranjados y amarillos.
El otoño es la estación de los cambios, siendo el más llamativo el que afecta a los bosques y árboles. Se produce una explosión de color en los bosques caducifolios, donde el verde de las hojas caducas va dando paso a tonos amarillos, rojizos u ocres. Finalmente, con la llegada del invierno, las hojas caen.
Por ello, hoy, os traigo ideas para trabajar con nuestros alumnos, el cambio en la naturaleza a raiz del otoño…








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