Si algo tienen en común las protagonistas de esta nueva generación de escritoras, es que Internet ha sido la cuna de de su arte, la plataforma que les ayudó a difundir todo lo que tenían que decir, escribir y ofrecer al mundo. Teresa Mateo (Murcia, 1984) es la autora del recién salido del horno 52 hercios (Copelia Ediciones) y es, además, uno de los ejemplos que corrobora el poder de Internet en una nueva generación de escritoras.
Mateo comenzó escribiendo su propio blog y fantaseando con, algún día, poder escribir un libro. Su primer poemario llegó en 2015, bajo el título Nos repartimos los bares, escribiendo sobre desamor, que se convertía en la guinda del pastel que la joven poeta había estado cociendo a través de su blog personal y sus redes sociales, donde publicaba (y hacía virales) sus creaciones, desde hacía varios años.
52 hercios, su tercer y más reciente título, se remonta a la Guerra Fría y, de su mano, está recorriendo firmas, ferias y recitales de la mano de los principales representantes de la poesía en nuestro país.
UN CORAZÓN MANZANA CON PIEL
Tiene una mirada de anzuelo
capaz de atravesar cualquier coraza,
unos ojos bañera,
una nariz que huele a mandarina sin pepitas,
una boca de agua un diecisiete de agosto en Murcia,
unos hombros de prohibido llorar,
unos brazos de te alcanzo la sal y te rodeo el congreso,
unas manos de llave maestra,
una piel de autopista sin velocidad máxima,
un ombligo copa de vino,
un lunar estación,
unas piernas kilómetro 0,
unos pies llenos de lluvia
y un corazón manzana con piel que tuve que comerme.

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