Angélica Liddell: Evolución Hacia el Teatro Posdramático

Angélica Liddell (Figueras, 1966). Escritora, directora de escena y actriz. Licenciada en Psicología y Arte Dramático. En 1993 fundó, con Gumersindo Puche, Atra Bilis, compañía con la que ha montado numerosas obras y con la que se ha presentado en múltiples festivales y teatros del mundo. Dentro de su dramaturgia destacan títulos como El matrimonio PalavrakisBelgrado y Todo el cielo sobre la tierra (el síndrome de Wendy). Ha recibido numerosos premios, como el de Dramaturgia Innovadora Casa de América 2003 por Nubila Wahlheim, el SGAE de Teatro 2004 por Mi relación con la comida, el Notodo del Público al Mejor Espectáculo 2007 por Perro muerto en tintorería: los fuertes, el Valle Inclán de Teatro 2007 por El año de Ricardo, el Nacional de Literatura Dramática 2012 por La casa de la fuerza y elLeón de Plata de la Bienal de Teatro de Venecia 2013.

En su evolución de los últimos veinte años podemos trazar un recorrido que tendría como punto de inflexión los textos de El tríptico de la aflicción, desde un teatro de fuerte contenido ritual y físico hacia el teatro posdramático. Su estética está imbricada con la denuncia de la corrupción, la maternidad, el sexo, la muerte, la necrofilia, la metaescritura y el yo.

Te hablo como a los muertos

sentada en el borde de la cama

en el borde de la cama

mirando la punta de mis zapatos

quisiera estar más cerca de ti

te lo digo

mis zapatos llenos de chinches y de amor

espero a la primavera

los libros se hinchan bajo las bragas húmedas

y exprimo la gasolina de mi cráneo

II

Si mis pechos fueran propicios para las fieras

te escogería a ti –joven inexperto 

no pretendo el orgasmo 

sino tu precocidad en mi garganta

III

Me orinan en las mangas los chicos de cara angelical 

sólo se divierten si me humillan

soporto mejor la burla atroz que el peso

de un hombre

todo por la piel

todo por una edad inmadura 

algún día silbaré con sus huesos

IV

Líbrame de los deseos en esta pensión azufrada

mi cuerpo

de la grúa todopoderosa pende una cabellera

no la he cortado yo

ojalá la hubiera sostenido sobre mis labios un instante

¡no son para mí! ¡no son para mí!

apenas me consideran ya una mujer

tal vez una zorra puerca

puta todavía no dicen vieja

ni siquiera soy un problema

pero yo amo

(Angélica Liddell. Los Deseos en Amherst. Valencia, Ediciones Trashumantes, col. Poemas Desechables, 3, 2008)

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