La natación utiliza la mayoría de los grupos musculares y es un exigente ejercicio físico que ayuda a mantener el corazón y los pulmones saludables. Nadar también ayuda a mantener flexibles las articulaciones, especialmente el cuello, los hombros, y la pelvis.
Esa inyección de endorfinas, la hormona del placer, también reduce tus niveles de ansiedad y mejora el estado de ánimo. En definitiva, aumenta tu sensación de bienestar. Al nadar, consumes hasta un 10% más de oxígeno y tu corazón impulsa la sangre hasta un 18% más.
Recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 30 minutos diarios de actividad física moderada para los adultos y 60 para los niños. «En cuanto a la natación, recomendamos su práctica tres días por semana en sesiones de 45 a 60 minutos durante un mínimo de 6 meses.
Actualmente, la natación, es un deporte que podemos practicar en cualquier época del año. Pero para mi, y muchos de mis coetáneos, la natación siempre va a estar asociada a largos y cálidos veranos de la niñez.




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