Cuando Yui, una joven de treinta años, pierde a su madre y a su hija de tres años en un tsunami, empieza a medir el paso del tiempo a partir de entonces: todo gira alrededor del 11 de marzo de 2011, cuando la ola gigantesca devastó Japón y el dolor se apoderó de ella.
Un día oye hablar de un hombre que tiene una cabina de teléfono abandonada en su jardín, adonde las personas acuden desde todos los rincones de Japón para hablar con quienes ya no están y hallar la paz en el duelo. Pronto, Yui emprende su propio peregrinaje hasta allí, pero al levantar el auricular no encuentra las fuerzas para pronunciar una sola palabra. Entonces conoce a Takeshi, un médico cuya hija de cuatro años ha dejado de hablar tras la muerte de su madre, y su vida da un vuelco.

OPINIÓN PERSONAL
Un libro muy bien escrito, que trata con delicadeza y dulzura, la despedida de personas queridas, en condiciones no previsibles.
La forma en que la sociedad japonesa, vive esta conyuntura de la vida, por la, que , por desgracia, tenemos que pasar todos.
Es fácil de leer, escrito con mucho sentimiento, te hace sentir inmersa en la historia.

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